jueves, 31 de enero de 2013

LOS DIEZ MANDAMIENTOS PARA LA GESTIÓN DE LOS ÁRBOLES

alineación de fresnos en carretera portuguesa. Foto Carlos Luengo Francis Hallé, el gran botánico francés, tiene entre sus numerosas obras una especialmente interesante “Du bon usage des arbres” (De la buena gestión de los árboles). Se trata de un librito especialmente dirigido a los “elegidos” (políticos) y administradores que tienen la responsabilidad de cuidar el patrimonio de árboles, espepcialmente en el medio urbano. Hemos traducido algunos extractos y “los diez mandamientos” del árbol así como algunos párrafos del capítulo dedicado a las alineaciones de árboles junto a las carreteras. BREVE EXTRACTO DE LA INTRODUCCIÓN: Yo os ruego, señoras y señores electos, que no toméis a vuestros electores por idiotas o ignorantes: individualmente, saben con frecuencia muy bien como se debe administrar su entorno cotidiano y, colectivamente, están muy al corriente de las cuestiones de ecología, incluso las más arduas. Ellos están masivamente a favor de los árboles –sobre todo de los grandes y bellos árboles, ni podados ni peligrosos – por numerosas razones ligadas al ejercicio de sus derechos como seres humanos, derecho a la diversidad natural, a la estética, a la reflexión espiritual, filosófica, poética, y puede ser también, simplemente, derecho al sonido del viento en las ramas, al canto de las palomas al amanecer, a la sombra del mediodía y al ruiseñor de la tarde. (…) Si la duración de un mandato electoral es demasiado breve para permitir a los electos ocuparse de los árboles con la exquisita paciencia que hace falta, ¿sería necesario crear una estructura competente y estable, consagrada a los árboles en la ciudad? BREVE EXTRACTO DEL CAPÍTULO 3 DEDICADO A LAS ALINEACIONES DE ÁRBOLES JUNTO A LAS CARRETERAS …ya desde 1970 el presidente George Pompidou ha pronunciado a este respecto frases definitivas. Sensible a la degradación estética resultante de las talas, protesta ante el Primer Ministro Jacques Chaban-Delmas, contra una peligrosa circular de la dirección de Tráfico: “A pesar de que en numerosas ocasiones he manifestado en consejo de ministros mi voluntad de salvaguardar por todas partes los árboles, esta circular demuestra la profunda indiferencia respecto a los deseos del Presidente de la República. Se argumenta, en efecto, que la tala de árboles a lo largo de las carreteras se hará sistemáticamente bajo pretexto de la seguridad. Pero hay que señalar por el contrario que no se considera sino con mucha prudencia y a título de simple estudio, el desplazamiento de postes eléctricos o telegráficos. Es que para esto hay administraciones que los defienden. Los árboles no tienen, al parecer, otros defensores que yo mismo y tal parece que esto no cuenta. (…) La conservación de los árboles plantados al borde de las carreteras – y pienso en particular en las magníficas vías del Midi bordeadas de plátanos- es esencial para la belleza de nuestro país, para la protección de la naturaleza, para la salvaguarda del medio humano.” Y un poco más adelante ya en palabras de Hallé encontramos estas reflexiones: Ha llegado el momento de demostrar que, al contrario de las ideas preponderantes, los árboles no son enemigos sino aliados en materia de seguridad en el tráfico. Sobre este punto de vista novedoso, la asociación Arbres et Routes ha reunido documentación de la que extraigo lo siguiente: Puesto que, como conductor, puedo verlas de lejos, las alineaciones de árboles me proporcionan indicaciones que se perciben de forma más clara que las que ofrece un panel de señalización aislado. Son estas indicaciones precisamente las que necesito para anticipar y adaptar mi conducción al trazado de la carretera: conciernen a la dirección general de la calzada, pero también a las inflexiones, virajes y cruces. La carretera se hace legible con mucha antelación y menos peligrosa. Los árboles dan también una referencia en materia de velocidad: un efecto de desfile lateral hace que la velocidad se haga perceptible. De ahí esta interesante experiencia inglesa realizada en 2010 en el condado de Norfolk, al nordeste de Londres: en las proximidades de las aglomeraciones, hileras de árboles cada vez más densas y plantadas cada vez más cerca de la calzada, que permanece siempre igual de ancha, tienen el efecto de ralentizar de 3 a 5 km/h. a los conductores y hacen descender el número de accidentes en la carretera aproximadamente un 20%. En consecuencia, las plantaciones de hileras de árboles se reimplantan en Inglaterra. LOS DIEZ MANDAMIENTOS PARA UNA BUENA GESTIÓN DE LOS ÁRBOLES RESPETO: los árboles son seres vivos, como tú y como yo. Más aún, son nuestros protectores. Merecen el respeto debido como seres vivos y no ser tratados nunca con desprecio, como si fueran tan simplemente mobiliario urbano. PLANIFICACIÓN: Antes de planificar un edificio o un barrio nuevo, se debe contar con un urbanista que sepa planificar en primer lugar los espacios verdes y las alineaciones de árboles; la edificación vendrá en todo caso después. COMPETENCIA: saber rodearse de los profesionales más competentes para la elección de especies, plantación, podas de formación, corte de madera muertas y diagnósticos de seguridad. PREVISIÓN: Es preciso prever para cada árbol plantado, un volumen suficiente para el desarrollo de su copa y sus raíces cuando sea adulto; esto hará que gran parte de las podas sean innecesarias. No olvidar nunca que un árbol sin podar no es peligroso. MODESTIA: no plantar nunca grandes ejemplares para impresionar; es al mismo tiempo una pérdida de tiempo y un derroche. La ostentación y los árboles no se llevan bien. HOONESTIDAD: no creáis - ni intentéis hacer creer - que diez árboles jóvenes pueden reemplazar a un gran y viejo árbol abatido; esto es una falsedad social, ecológica y económica. NO VIOLENCIA: No podéis las ramas o las raíces de un árbol salvo que sea absolutamente necesario. No es estético y vuelve al árbol peligroso. CIVISMO: ser inflexibles con las conductas de dejadez y mala educación hacia los árboles. Golpes, mutilaciones, etc. Soportan mal todas las formas de agresión. PROTECCIÓN: No olvidéis que la tala de árboles en las cunetas de las carreteras, no es de ningún modo una respuesta a los problemas de la seguridad del tráfico. GRATITUD: Amar los árboles, es un modo de amar a los seres humanos. Amad vuestros árboles y tendréis la satisfacción de constatar que vuestros conciudadanos os testimoniarán su gratitud.